Críticas

Mucho, me ha gustado mucho, por inesperadamente elegante y clásica, esta nueva versión, continuación o como diantres prefieran denominar.

Y es que a pesar de algún patinazo reciente –la infausta FANTASY ISLAND- el sello Blumhouse en una producción –de terror- está suponiendo desde hace tiempo sinónimo de buen hacer, creatividad e imaginación. Pueden comprobarlo de nuevo.

Claro que aviso para navegantes… Quien acuda a la sala pretendiendo ver una ensalada de efectos digitales sin ton ni son, un relato de ritmo atropellado y un exhibicionismo gratuito o mareante propio de vídeo juego (molesta tendencia en parte de cierto cine de reciente cuño), seguramente se estrellará. Ni mucho menos van por aquí los tiros, perdón, las invisibilidades. Y sus golpes de efecto siempre son legítmos nunca gratuitos. Sin descuidar uno de los sellos de su productora, el carácter social, incluso reivindicativamente empoderado.

La sorpresa es más mayúscula todavía porque no esperaba de su director, Leigh Whannell (INSIDIOUS: CAPÍTULO 3) que se desmarcara con una obra de este calado, sutileza y magnitud (atención a su devenir porque ha demostrado apuntar poderosas maneras).

A que así sea, le ayuda poderosamente la CRIADA, quiero decir, la raramente Elisabeth Moss, ya saben, la de la extraordinaria THE HANDMAID´S TALE (EL CUENTO DE LA CRIADA). Ofrece una aplomada y a la vez intuitiva interpretación en la que ella  sola se echa a la espalada el permanente foco de atención, sin necesidad de que el objeto de sus cuitas necesite de tanta presencia como su título indica.

Por tanto, quedan más que avisados, si lo que pretenden ver es astracán abandonen la idea de verla. Pero sí lo que les gusta es suspense, incluso algún momento de horror de los de antes, sin duda tomarán la decisión acertada en pasar por taquilla para verla (o si tienen algún enchufillo ni falta haría).